¿Por qué cuando se inicia una discusión, sobre algún tema concreto, se tiende de alguna manera a intentar convencer al otro de que mi posición está más en la realidad o más en lo cierto que la de los otros participantes de la discusión? De alguna manera estamos suponiendo que existe una realidad objetiva, a la cual he llegado y por ello la defiendo.
¿Pero quién tiene razón?
Si partimos de un análisis sociológico, y rescatando a teóricos como Weber, lo explicaríamos en tanto que, no es que exista un discurso verdadero (una razón) y otro falso, sino lo que existe es un choque entre distintos valores y por ende de concepciones teóricas que conviven en una sociedad determinada.
Partiendo de que estamos viviendo dentro de una estructura social, nuestro sistema de valores puede variar en tanto que la construcción de nuestra subjetividad y por ende de nuestro pensamiento, se encuentra en directa relación con el entorno tanto material como social que nos rodea.
Esta interacción y construcción, no es siempre lineal, ni determinista, no podemos decir que alguien por nacer en un contexto de clase media-baja, tenga que pensar directamente en la explotación de clases y en la explotación que sufre por ser un asalariado, su propia subjetividad puede construirse con matices propios de su contexto social influyendo en que su percepción sea diferente a la de otras personas que comparten una posición social parecida.
Dicho esto, creo que es necesario rescatar el pensamiento de Marx, que nos decía, que si una persona obrera como en este caso, no es consciente de que vive explotada, es que tiene falsa conciencia.
Marx aquí es tajante, y nos plantea una afirmación que pretende ser objetiva ya que afirma que esa persona tiene falsa conciencia por no percibir que está siendo explotada por su condición de obrero. Marx emitió un discurso basado en una subjetividad suya, pero a su vez, planteó la existencia de más discursos teóricos y explicativos.
¿Estamos en igualdad de condiciones al debatir?
Para completar lo que quiero decir, el aporte de Gramsci al marxismo me parece clave, ya que introdujo el concepto de hegemonía.
Como dice Gramsci, las clases sociales, dominadas o subordinadas, participan de una concepción del mundo que les es impuesta por las clases dominantes. Y la ideología de las clases dominantes corresponde a la función histórica de las clases dominadas. He aquí pues la ideología de las clases, o de la clase dominante influyendo sobre las clases subordinadas, obreros y campesinos, por varios canales, a través de los cuales la clase dominante construye su propia influencia espiritual, su capacidad de plasmar la conciencia de toda la colectividad, su hegemonía, que afecta no sólo en el plano material de la economía o la política, sino además sobre la moral y el conocimiento.
Entonces volviendo al tema de la falsa conciencia, Gramsci lo explicaría en tanto que dada una hegemonía que influye en la construcción de nuestras subjetividades, es decir en la construcción de un sistema de valores en el cual se sustenta nuestro pensamiento, esa persona tiene una percepción alterada de su situación real-objetiva, percepción que está acorde con el discurso hegemónico que reproduce el sistema capitalista.
¿Estamos en igualdad de condiciones al debatir?
Para completar lo que quiero decir, el aporte de Gramsci al marxismo me parece clave, ya que introdujo el concepto de hegemonía.
Como dice Gramsci, las clases sociales, dominadas o subordinadas, participan de una concepción del mundo que les es impuesta por las clases dominantes. Y la ideología de las clases dominantes corresponde a la función histórica de las clases dominadas. He aquí pues la ideología de las clases, o de la clase dominante influyendo sobre las clases subordinadas, obreros y campesinos, por varios canales, a través de los cuales la clase dominante construye su propia influencia espiritual, su capacidad de plasmar la conciencia de toda la colectividad, su hegemonía, que afecta no sólo en el plano material de la economía o la política, sino además sobre la moral y el conocimiento.
Entonces volviendo al tema de la falsa conciencia, Gramsci lo explicaría en tanto que dada una hegemonía que influye en la construcción de nuestras subjetividades, es decir en la construcción de un sistema de valores en el cual se sustenta nuestro pensamiento, esa persona tiene una percepción alterada de su situación real-objetiva, percepción que está acorde con el discurso hegemónico que reproduce el sistema capitalista.
Con ello es interesante el aporte al pensamiento político de Marx y Gramsci en tanto que nos hacen replantear nuestra propia subjetividad y ser conscientes de que el hecho de que yo piense de tal forma es algo construido y por ello no es una verdad absoluta sino que es una verdad subjetiva.
De alguna manera, podemos cuestionarnos el orden establecido y los discursos hegemónicos que imperan socialmente, para intentar llegar a una realidad más objetiva, ya que no existe igualdad de condiciones a la hora de debatir ni de defender ideas o valores determinados.
Si estas aportaciones teóricas nos ayudan de alguna manera a comprender y criticar mejor nuestra "realidad", tenemos entonces el deber de construir nuevos discursos explicativos de la realidad social que hoy en día vivimos.
La lucha epistemológica como lucha emancipatoria
Por ello es importante, bajo mi punto de vista, dos luchas claves: una y primordial por el propio pensamiento y la construcción de nuestro sistema de valores, en plena lucha con los discursos dominantes y hegemónicos, que reproducen un orden y un sistema determinado (el capitalista). Y la otra lucha necesaria, es que esos valores e ideas que vienen de esta lucha primera, entren en conflicto (interaccionen) con otros llevándonos de alguna manera a elaborar un nuevo pensamiento que contribuya a construir una sociedad "mejor", más justa.
Evidentemente que nadie puede tener
la verdad absoluta-objetiva, pero la lucha por las ideas, por esa
construcción epistemológica basada en el desarrollo de unos valores que
creemos que son más justos, no nos la va a quitar nadie, y así, podremos
conseguir que la sociedad en la que vivimos, huya de
opresiones, siendo sujetos activos del cambio.
Ideas y valores los
cuales nunca serán estáticos ni lineales pues esta lucha siempre se
estará dando, ya que no hay nada definitivo o final. Podríamos decir que
así, es como surge un pensamiento más libre y emancipado y que, la
lucha de clases que diría Marx, es más que eso, es una lucha constante
por el pensamiento y por la propia emancipación como seres humanos.
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